Mario Bravo-Lamas, 23 de Julio, 2025
Como hemos visto, la Lectio Divina es una forma de oración que integra la lectura de la Palabra de Dios con el diálogo personal con Él. Si prefieres evitar los términos en latín, puedes llamarla simplemente “orar la Palabra”, y traducir cada uno de sus pasos con palabras más familiares.
Más que un modelo rígido, la Lectio Divina es una pedagogía espiritual. Como señala Christophe de Dreuille, se trata de un camino que “nos permite escuchar al Señor hablándonos hoy” y descubrir cómo esa Palabra puede convertirse en “una luz en nuestro camino” (Salmo 119:105).
En los artículos anteriores vimos esta pedagogía reflejada en cinco pasos, inspirados en el encuentro de Jesús con los discípulos en el camino a Emaús (Lucas 24:13–35). Ahora abordaremos una pregunta práctica:
¿cómo hacer una Lectio Divina cuando se tiene poco tiempo?
Versión breve (10–15 minutos)
La clave para una versión breve está en adaptar la extensión del texto bíblico. Elige un pasaje corto, de unos pocos versículos. Para evitar sacar el texto de contexto, puedes dividir una sección más larga en varios días. Por ejemplo, el Salmo 23 puede ser distribuido así: lunes (vv. 1–2), martes (vv. 3–4) y miércoles (vv. 5–6).
Los pasos de meditación, oración y contemplación pueden extenderse a lo largo del día, en momentos cotidianos como al lavar los platos, caminar, o durante tus traslados. Lo importante es mantener la Palabra presente y permitir que resuene en tu interior mientras avanzas en tu jornada.
1. Statio – Preparar el corazón (2 min)
Busca un lugar tranquilo. Respira profundo y entrega a Dios lo que llevas dentro. Pide al Espíritu que prepare tu corazón para encontrarte con Él.
2. Lectio – Leer con el corazón abierto (3-4 min)
Lee lentamente un pasaje breve (2-3 versículos). Fíjate en alguna palabra, frase o imagen que te llame la atención. Si quieres, subráyala o pon un signo de interrogación.
3. Meditatio – Meditar, dejar que la Palabra te toque (3-4 min)
Reflexiona en lo que la Palabra te dice hoy. ¿Qué te muestra sobre Dios? ¿Qué te habla a ti? Marca con un signo de exclamación lo que más te impacta.
4. Oratio – Oración, responder con el corazón (3-4 min)
Ora a Dios desde lo que sentiste y descubriste. Habla con Él con sinceridad, sea gratitud, súplica o confesión. Marca con un asterisco la palabra o frase que te impulsa a orar.
5. Contemplatio, Collatio et Actio – Contemplar, compartir, vivir (2 min)
Permanece en silencio, descansando en la presencia de Dios. Deja que el Espíritu te invite a compartir o vivir algo de lo que experimentaste. Marca con una flecha lo que sientes que Él te invita a hacer.
En el próximo artículo
Si bien esta forma breve de Lectio Divina es ideal para integrar la oración con la Palabra en medio de la rutina diaria, también existen momentos en los que disponemos de más tiempo para buscar a Dios con mayor profundidad. Ya sea durante un día libre, un retiro personal o al preparar una enseñanza, la Lectio Divina también puede acompañarte en espacios más amplios y reflexivos. En el próximo artículo exploraremos cómo vivir esta práctica de manera extendida, incorporando otras expresiones creativas y contemplativas. Te invitamos a seguir leyendo y descubrir cómo orar la Palabra puede acompañarte en cada ritmo de tu vida.
